sábado, 3 de diciembre de 2011

Jesús

Nació un 23 de enero, en el 2000. Este día llegó nuestro bebé, la fecha nos anticipaba que iba a ser un niño distinto a sus hermanas. Nosotras nos inventábamos los juegos, él a los tres años ya manejaba la computadora y el play station. Jesús tiene 11 años. Este año termina la primaria y hoy es su fiesta de promoción.

Es seguro que esta tarde derramaré más de una lágrima, últimamente ando muy sensible. Y es que quedé mucho más después de tener a mi Estéfano. Jesús y Estéfano son mis príncipes. Ellos se quieren, se llevan nueve años de diferencia pero ya juegan juntos. Jesús quiso a mi Estéfano desde el tercer día de nacido. Los tres primeros le tuvo celos. Me lo confesó para dejar de hacerlo.

“Ruby, cuando nació Estéfano yo no lo quería ver, le tenía celos. Pensaba que ya no me iban a querer, como yo era tu engreído, pensaba que ya no lo iba a ser ¿por qué crees que no me le acercaba?”, me dijo Jesús al visitarme a los tres días de nacido mi Estéfano. Los tres estabamos en mi cama.

“Jesús, tú siempre vas a ser mi príncipe, mi rey. Ahora ya no tengo un solo príncipe, tengo dos. Tú y Estéfano”, le dije y él sonrío. Se quedó tranquilo y le cogió la mano a Estéfano.

Y así será siempre. Estéfano y Jesús son mis motores de vida. Dios nos bendijo un 23 de enero del 2000 con la llegada de mi hermanito y el 14 de febrero del 2009 lo volvió a hacer con el nacimiento de mi bebé.

Adoro a mis niños. Uno ya se va convirtiendo en jovencito pero para mis ojos nunca dejará de ser mi pequeño, el Jesucito, mi Jeshucito, mi Jeshu.

Jesús y Estéfano. Estéfano y Jesús… mis niños, míos, míos.

Pd: Negrita no te pongas celosa porque tú siempre serás mi princesa =)

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