jueves, 23 de octubre de 2008

Rosa seca

Caminando y soñando despierta encontré una vieja rosa,
sus pétalos secos y su tallo negro,
aún recuerdo el motivo de su entrega,
fue para nuestra despedida.
La incertidumbre nos acompaña, más a mí que a ti, pues tú ya estás descansando.
Aquí al pie de tu tumba estoy llorando,
me siento tan sola, tan frágil y me estremezco entre los atardeceres de mi soledad.
Aún sueño contigo y soy feliz al recordarte vivo.
Te extraño mi bufón de las tempestades.
Ruego porque logre estar nuevamente entre tus brazos,
espérame allá, en el cielo, pronto iré a tu encuentro.