sábado, 15 de octubre de 2011

Su llegada fue así

"Yo lo esperaba. Él lo esperaba. Los dos lo esperábamos. Todo fue hermoso desde el primer día. Saber que él vendría a conocerme fue mi mayor alegría".

Tenía 25 años pero aparentaba unos 19 ó 20, planeaba meterme al gimnasio porque había subido un par de kilos, no estaba gorda y tampoco quería estarlo. Pero antes debía estar segura de mi estado, pues había un pequeño retraso en mi periodo menstrual.

Como la mayoría de chicas compré mi test de embarazo. Recuerdo que no tenía plata, mi esposo, quién en ese tiempo no lo era, sino mi enamorado andaba de viaje y yo solo tenía cinco soles en el bolsillo. Pero tenía curiosidad y andaba impaciente. Entonces le pedí dinero prestado a un amigo. Por suerte él sí tenía.

Me encontraba en el trabajo, pero me escapé 15 minutos a la farmacia para comprar el dichoso ‘test de embarazo’. En ese momento pensé: tengo que saberlo ya. Mientras compraba, sentí miradas encima. Dos viejas cucufatas hablaban entre ellas. Supuse que pensaban que yo era una 'chiquilla', mi cara de escolar debió motivar en ellas 'el raje'. No les tomé importancia, lo compré y me fui. Regresé a mi ‘chamba’.

Entré al baño, seguí las instrucciones. Todo fue sencillo. Hice pila e inserté el test en la vasija correspondiente. No pasaron ni dos segundos y en ‘one’ se marcaron dos rayas. Yo miré la prueba, una, dos veces y me pregunté ¿Estoy embarazada?. “Sí, estoy embarazada. No lo puedo creer, estoy embarazada”, afirmé sonriente e incrédula a la vez.

A mi amiga, quién trabajaba conmigo en ese tiempo la llamé al baño y le pregunté ¿qué ves, ves dos rayas?. Ella mucho más nerviosa que yo respondió: No, no puede ser, debe estar mal esta prueba. A ver revisemos la fecha de caducidad. Quizás esté mal. Ella volteo muchas veces al famoso test, hacia arriba, hacia abajo pero esas dos rayas no se movían. Allí seguían.

Volví a sonreír, estaba embarazada y me alegré. Yo quería estar embarazada. Quería algún día tener un hijo y más aún con el hombre que amo.

Aún recuerdo las palabras de mi amiga: “Ruby, él es. Es él amiga. Tu embarazo es la prueba de que Rubén es el indicado”. Me gustaron sus palabras. Me dieron mucha más seguridad, más alegría - Ahora le digo "gracias por tus palabras amiga" -

Entonces, lo llamé por teléfono. Estabamos duados y hablabamos mucho. Ese día hablamos más. Lo llamé y le conté, le dije ¿A qué no adivinas qué? Él me respondió al toque, “estás embarazada”. Y yo ¿cómo sabes?. Él recién preguntó ¿Estás embarazada? ¿En serio?. Me siento contento, estoy feliz de que sea así, me dijo y empezamos a hablar de cómo sería en adelante, empezamos a hacer planes en ese preciso instante. Yo me sentí muy bien. Me sentí bendecida. Sabía que había llegado la hora para que él, mi bebé venga a conocerme.


Posteriormente, se lo dijimos a nuestros a padres, ellos se sorprendieron y a la vez se alegraron. Mi mamá después de sorprenderse, pensó y me dijo: “Ya es tiempo. Es el momento para ser mamá”. Empecé con los cuidados respectivos. Pasaron los rápidos nueve meses. Y la llegada de mi Matías Estéfano sucedió. Un 14 de febrero llegó. Sí, en el Día del amor, de la amistad, de San Valentín. Él vino aquí.

Han pasado 3 años y 4 meses. Mi hijo tiene 2 años y 8 meses y me siento feliz. Él se siente feliz, sabe que lo amo, sabe que su papá y yo lo amamos. Yo los amo a los dos y ellos me aman a mí. Hoy doy gracias por tener una hermosa familia. Dos hombres me puso Dios en el camino y son esos dos hombres los que quiero que me acompañen para siempre en esta vida. Mi vida.

1 comentario:

Cholita Postmoderna dijo...

oh! como hariamos contigo mi qurida princesa del bosque encantado? Una historia linda.que seguro seguirà asì.nuestro inicio fue dificil, pero ahora me alegro y enternezco cada vez q leo tu blog. =) chocatela MAmi