Por fin comprendo. Mi vida hasta el momento
se resume en ironías,
en desilusiones y desamores.
A veces me siento bien y a veces no,
Pero eso no me preocupa, total sigo en pie.
Los días pasan como torbellinos
y caigo ante sus golpes,
las penas se ahondan y el pudor se pierde.
Digo ser fuerte, pero en realidad soy débil,
miento sin cesar, lloro sin lagrimear.
Te extraño... disfrutamos de nosotros una vez, pero siento que te extraño,
pues nunca te vi tan radiante como hoy, nunca imaginé caerme ante tus pies.
No soy tu burla, ni la de otros, solo soy “yo”
siempre “yo” la que se burla de sí misma
y finge una risa ante los demás.
Te muestras indiferente y eso es lo que más detesto,
por ahí que de repente crece un sutil sentimiento de gusto o de placer,
pero al fin un sentimiento.
Mi corazón no es de piedra, mi alma no es de hielo,
pero mi boca se endurece y se congela al repetir tu nombre.
Qué hago con mi vida, sí tu desden me entristece y una vez más me hiere.
Tampoco a ti te amo, pero con es manera de no verme
y de negarte ante mis ojos, mi pena crece.
Tus recuerdos no se detienen,
mi memoria mantiene tu imagen lucida ante mi presente,
quiero olvidarte y sin embargo tú vuelves.
Quiero quererte, pero mi corazón no lo siente.
Otra vez resumo mi vida y llego a la melancolía de tus días en mi presente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario