
Por su mente vagaban imágenes de hermosos momentos vividos junto a un ser que totalmente nunca vio, que nunca en realidad conoció, pero que sí por mucho tiempo disfrutó,
vuelven a su memoria los besos y las caricias que más de una vez le regaló. Una lágrima corre por su rostro,
mientras por el pasillo que conduce a su habitación…¡No llores Soledad! ¡No llores Soledad! Repite una voz, borra de tu mente el pasado, olvida tus errores y levántate, vamos abandona ese lecho que nunca tu cuerpo lo hará.
Anda párate, tú puedes, sé que eres fuerte y adelante saldrás. Pero, ¡Ya no llores Soledad!... ¡Ya no llores Soledad!…Ya nadie más daño te hará.
Vamos mira ese sol que brilla y no nos deja de alumbrar, así serán tus días ya no de oscuridad, ni llanto, sino de luz y felicidad.No se mueve, no se ríe, sigue ahí en su vieja cama, en su amada cama, pero aún no deja de llorar, los días corren y las agujas del reloj dorado (un regalo que su amante desconocido le dio) siguen girando, aunque esta vez sin sentido para la vida, sino para la muerte.
1 comentario:
soledad... esta paja el texto... se siente la melancolIa y la soledad
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