miércoles, 24 de octubre de 2007

Un vaso con agua en lluvia y sol

Una flor violeta...Una sonrisa perdida
Un te quiero en esos días de otoño sorprendían a cualquiera...
sentada en aquella silla, escribía en un papel arrugado tu nombre esperando la salida,
no paraba de repasarlo porque siempre eras mi compañía...
Vámonos y sigamos en nuestros días... cuando nos amamos esperando el día que nos conoceríamos...
Gracias por llegar a mi vida...La distancia no es pretexto para dejar de pensarte...
iluminas mi camino, río con nostalgia y la emoción embellece mi alma.
Las líneas que inspiras en mi vida no es monotonía.
Ahora pido un vaso con agua en plena lluvia...
Camino en círculos pensando donde quedó aquel día...
Disfruto de tus labios
Y sueño entre los brazos del amor una completa noche solar
Como cuando se escribe un poema en el muro de un súbito lugar

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ciertas cosas sorprenden en cualquier época del año, siento una palpitación errante en el fondo del pecho al leerte, nuevamente aquellas emociones vagas vuelven a aflorar por reconditos pasajes que un día recorrí... Te preguntarás: ¿Qué haces escribiendo así? Pues si, volví a sentir esa empalagosa emoción que se me discurrió una noche de invierno y que ahora volvió para embellecer el recuerdo. ¿Te imaginas? tu monotonía (¡que ironía!) me hizo recordar... Pero que es el recuerdo, me pregunto, envuelto en este sabor de vino tinto que siento en la punta de la lengua al leerte; y es que es así, confusión de palabras que doblegan el más sincero espíritu caracterizan aquellas palabras que ahora he repasado con más intensidad. ¿Qué nos pasa? este simplismo jamás es parte de mí, pero me arrastró, hasta aquellas memorias que mis nubes de desilusión habían bloqueado.
Bueno, dejemos de lado aquello, me centraré en aquella labor que me encanta. Siempre esa emoción mundana, como dices en un súbito lugar... es el mismo lugar el que sueles recorrer? no me sorprende ahora ya nada, todo lo que leo lo puedo interpretar, es como si fueras una pequeña niña, que no tiene más remedio que desnudar sus oscuros pensamientos para no alimentar a sus demonios con ellos. No cabe nada que destacar, es el mismo e inutil relato de amor que me deja vacío de pensamientos e imaginación (pero que quizá desperto ese sentimiento empalagoso, no lo olvides), no hay nada nuevo en tus palabras, es más este constante correr sin ponerse a pensar me recuerda mucho en aquello que te dije con anterioridad: Adquirimos la costumbre de vivir antes que la de pensar. Quizá las sonrisas perdidas que no describes en el escrito puedan sorprender, no obstante, nuevamente tú no me sorprendes, adivino cada palabra como si te conociera, no adivino con que pretenciosa actitud. No es decepcionante, no lo creas, pero es algo frustrante. Vivimos abandonados en mundos tan inmateriales, que tu matas ese deseo por llegar a ser fantasía, con una realidad que ya no es la tuya (¿Por qué siempre seguir girando en los mismos círculos?).
"Vamonos y sigamos en nuestros días", sueles decir, es cierto sigues viviendo en tus días en sus días, en los días, como una constante esquizofrenia, como fantasmas que no se alejan con el exorcismo (¿en verdad quiéres continuar así?). Disfruta todo lo que puedas disfrutar, mientras tengas facultad, sigue en la búsqueda del amor, porque noto que aún no lo encuentras...

Hasta volver a leerte...

PD: ¿Las Sonrisas Perdidas recuerdan un poema en el muro?