Ayer te vi pasar por la esquina de mi casa, yo estaba en mi balcón, ambos nos miramos y mi corazón se aceleró, sin embargo no alcanzamos a decirnos hola y menos adiós.
En ese instante me sentí muy triste, sentí que te amaba tanto como la primera vez...Has moldeado mi vida para la tuya, esto es verdad.
Eres el hombre que me enseñó a caminar sin miedo sobre aquellas piedras calientes (que son los obstáculos), eres la única persona que lograba robarme una sonrisa cuando estaba triste, él único que me aplaudía cuando lograba un éxito...Hoy ya no estás más...Me duele tanto tu ausencia, no sabes cuanto...
Extraño nuestros abrazos, nuestros besos intensos. Mi corazón aún se agita cuando por ahí te veo o en otros labios escucho tu nombre, pese a que muchas veces te pedí que te alejes de mí. Eres el motivo de mi alegría. Eras la alegría de mis días. Vuelve quisiera pedirte pero nuestro amor está muy manchado. El temor es grande e intentar volver a estar juntos, sería muy difícil... ¿No es cierto Mateo?
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