Hoy mi bebé por primera vez me pidió su comida con sus propias palabras, él me dijo “papa”, con una cara tan tierna entre mis brazos. Me dio mucha ternura, me emocioné y me desesperé al no haberle preparado nada. Al no tener nada a mi alcance para darle de inmediato. Era cierto, mi bebé tenía hambre y mucha. Le di un dulce melocotón y se lo comió todo, mientras le preparaba su sopita. Yo estaba apurada porque ya me vencía la hora para ‘arreglarme’ y poder ir a trabajar. Eran las 11 de la mañana, cuando me apuraba para ir a dejar a mi hijo a la casa de mi mamá, porque desde hace varios meses no tengo una empleada que cuide de mi bebé. Y, bueno es por seguridad, más que por economía. Pues últimamente han ocurrido un montón de maltratos de las empleadas hacia los niños y no quiero que esto suceda con mi bebé.
Un enredo de palabras entre mi hermana, mi mamá y yo me confundieron el panorama de la mañana, creí que mi madre iría a recoger a mi hijo, cuando era al revés y yo tenía que ir a dejarlo. Ya eran las 12.30 pm y yo estaba desesperada porque lista estaba, solo que ya la hora de entrada a mi chamba se acercaba, iban a ser la 1:00 pm y mi mamá no llegaba. Felizmente me llamó mi esposo y pudo contactarse con mi hermana, quien luego me llamó y me dijo que el asunto consistía en que yo tenía que ir a dejar a mi bebé a la casa de mi mamá. Eran 10 para la 1:00 pm y mi entrada era a la 1:00 pm de la tarde. Encima yo, no tenía saldo en el celular para llamar y pedir permiso de llegar media hora más tarde. Yo estaba muy desesperada. Muy triste.
Tomamos un taxi mi bebé y yo, nos fuimos a casa de mi madre. Una vez allí, le pregunté al taxista ¿Cuánto me cobra para llevarme a tal punto?. Me contestó y acepté. A mi bebé lo dejé muy rápido y cuando se cerró la puerta escuché que él gritó mááááááá… detuve el taxi, le dije: Señor, espere por favor. Me bajé, toqué la puerta y me aseguré que mi hijo esté con mi mamá. De nuevo subí al taxi y me dieron ganas de llorar, lloré. Al voltear mi mamá estaba en la puerta mirándome. Yo estaba desanimada porque me sentía muy triste, pues yo, esperaba que hoy me ayudaran, me facilitaran las cosas pero todo se complicó al final. Mi ritmo de vida ha cambiado. No es el mismo. Ya no soy solo yo. Ahora está mi hijo primero. Perdóname hijito si a veces hago mal las cosas. No quiero prometerte nada, voy a hacer las cosas mucho mejor para ti. Esta principiante madre, recientemente inaugurada será tu orgullo chiquitito, como tú ya lo eres para mí. Te adoro hijo. Te amo más allá del infinito. Gracias por devolverme la vida y las ganas de estar aquí Matías Estéfano.